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miércoles, 30 de noviembre de 2011

RUBINI Y LA HABANA. TEATRO TACÓN EN CUBA ESPAÑOLA





                      Perspectiva del teatro Tacón. Dibujo Bedoya. Imagen:     Cortesía de Richard Roselló.


(www.miscelaneasdecuba.net).- Francisco (Pancho) Marty, aquel poderoso español, dueño de un teatro, pescaderías, barcos y casas en Cuba, hizo traer de Europa a La Habana toda la fuerza mercantil y teatral más famosa, consiguiéndolo en gran parte.
Este astuto mercader, movió el piso y bolsillos a La Habana mediante sus acaudalados habitantes: propietarios cafetaleros, tratantes, extranjeros, propietarios del azúcar, tabaco, almacenistas e importadores, inaugurando un día de 1838 su propio coliseo.



                                                              
 Interior del teatro Tacón.


Él lo sabía. “Los artistas son muy raros en esta ciudad ya por el hecho de venir de Europa, hay que pagarle su merito y su viaje”, declaraba a la prensa el día de la inauguración. Y así funcionó.

Su hazaña por expandir sus negocios más allá del Nuevo Mundo llegó al punto que su teatroTacón monopolizó los espectáculos más ruidosos y acaudalados de La Habana. América y Europa.




                                                           Francisco Marty y Torrens.

De antemano conocía que los grandes sueldos con que La Habana les paga a las compañías italianas no lo pagaban los más acaudalados empresarios de Europa.

Fue entonces que con sus concepciones Cuba comenzó andar de boca en boca. La Habana se nombra con cierta diferencia artística. Las grandes ofertas a inicios de la inauguración de su sala teatral comenzaron a estimular las compañías de opera.

En la medida en que se acercaban los meses, semanas y días de temporadas italianas en La Habana (de octubre a marzo), los rotativos aumentaban en anuncios. Las compañías italianas, era el asunto de todas las conversaciones.

Las exigencias del público habanero por la mediocridad de los cantantes fueron más que criticado por nuestros rotativos porque a La Habana vienen ellos y a Italia va el dinero, pero sobre todo dinero de la complacencia del público quien lo paga más tratándose de buenos actores.

Esa era La Habana. Una ciudad con la mitad de la población de Nueva York obtiene el primer teatro de opera italiana en América y posee artistas tan distinguidos como los que trabajan en Londres y Paris.

Era la época de oro del teatro lírico en Cuba (1838-1850). Aquellos tiempos inolvidables de Lorenzo Salvi, Albina Steffanone, Ignacio Marini, Celestino Salvatori, César Badiali, Angiolina Bosio, Enrico Villani, Enrique Tamberlick, Erminia Frezzolini, Elisa Villar de Volpini entre otros.


El teatro Tacón fue en esa época el centro de lo más distinguido de La Habana. El público en masas acudía presuroso una noche tras otra para oír y admirar aquellas notabilidades del arte. Las funciones eran triunfos; el entusiasmo rayaba en delirio: los artistas agradecidos cantaban con el alma y pisaban la escena sobre una alfombra de flores. Llamaban a La Habana su segunda patria, decían que en ella tenían las más grandes afecciones y que era el país donde mayor acogida tenían los artistas. Sobre todo cuando el oro brilla.

Albina Stefanone, prima donna, una de las 6 contractices que más reputación disfrutaron en el mundo. Matilde Diez (española), el pianista Enrique Herz, Las niñas de Viena, Espirit, Jenny Lind (sueca), Herr Krausz (alemán), el tenor Salvi disfrutaron de sus actos sueldos.

La contracto, Clorinda Pantanelli por 12 quincenas abonaba 3 000 pesos en 1838 durante su primera presentación en La Habana. Teresa Rossi 2 700 pesos.

En un periódico de Milán de 1843, La Fama, encontramos un párrafo sobre La Habana, sobre el cual excusamos toda explicación y comentario. Fanny Elssler sacó la noche de su beneficio 62 000 pesos y 2 500 en objeto que le regalaron. La soprano Eufrasia Borghese ganó el suyo 3 194 pesos.

El teatro Tacón podía pagarlo. En su época contaba con 3 000 asientos para 5 000 espectadores. Marty y Torrens, dueño del Gran Teatro Tacón en La Habana, empresario de la opera italiana recoge una cosecha abundante y proporciona cada día nuevos artistas.

Ya en decadencia el teatro, muchos años después, Marty probó suerte y fortuna. Invitó a La Parodi prima donna contratada por seis meses, abonándole $ 50 000 en su presentación en 1851.

Con exclamaciones: fratanti pálpiti, se esperaba en la capital la llegada de los grandes tenores y barítonos de merito: Angelo Tamburini, Ronconi, Salvatori, Cesare Badiali, Coletti, Varese, Marini. Así también los mejores tenores del mundo, Salvi, Ferreti, Enrico y Tamberlick.Pero alguien a quien en Cuba se le esperaba con impaciencia fue al mundialmente famoso y tenor Rubini.

Marty desesperado estaba a punto de darle a su ciudad una sorpresa. Envía a su empresario Torri a Italia para convencer a Rubini venir a La Habana. Pero fue inútil. Durante varios años se mantuvo entre Rubini y Martí un fructífero intercambio de misivas que avivaban esperanzas.

En el periódico La Gacetta de Milán, el más afanado sale un comunicado del teatro italiano de La Habana. El empresario Marty ofrecía buen pago por la presencia de los más afamados de la música del mundo y de Italia. Rubini que nunca había visitado estaba entre ellos.

El “Rey de los tenores”, como se le llamó en Europa, le escribió al empresario Marty manifestándole deseos de venir a La Habana. Al mismo tiempo Marty contesta a Rubini que le dará 1 000 pesos por cada noche de presentación.

La insistencia de empresario de la Isla para lograr traer a Rubini al Caribe, despertó gran ansiedad en los habaneros y en el propio Pancho. Cuando empezaron a pasar los años, Marty ya desesperado hizo saber al artista que podía redoblarle la suma por cada noche de presentación en su coliseo.

El contacto entre el tenor y La Habana se prolongó con la desgracia. Rubini, ya viejo y atestado de dinero, nunca pudo ver la “tierra que produce los buenos tabacos de La Habana”, como tanto expresó y deseó.

Un periódico habanero anunciaba su muerte en la romana provincia de Bérgamo a los 60 años de edad en 1854. Para entonces, el teatro Tacón de La Habana no tenia ya la fama de lo años anteriores.

5 comentarios:

gadita dijo...

comparsa gaditana cantado un son cubano x cuba
espero que os guste

gadita dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=6GTzVOQmpvY&feature=related

gadita dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=1Au7k2gIWr4

gadita dijo...

jejeej ya puesto os mando una chirigota que actuo en la habana muy cachonda

http://www.youtube.com/watch?v=dW_dR3Uz12A

Anónimo dijo...

Estimado autor del blog, la segunda fotografía etiquetada dentro del Teatro Tacón y que tiene el telón con un paisaje, corresponde al interior del Teatro Juárez, ubicado en la ciudad de Guanajuato, México. Saludos.

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